jueves, 27 de noviembre de 2014

Me mirás y sonrío; no hace falta que hagas mucho para ganarte mi sonrisa. Te observo y te admiro. Te confieso que tengo alas, que necesito del aire y no sólo para respirar, y vos me enseñás a volar. Te miro y sonreís; no hace falta que haga nada, todo me lo das. Y tengo miedo, lo sabés, ese miedo de saber si, quien sabe algún día no estarás. Te propongo entonces, elegirnos cada día en lugar de una eternidad. Paso a explicarte, que tan sólo se trata de confiar. Te cuento de mis miedos, de lo que siento cada vez que me miras. Dejáme enseñarte algo del amor, de soltarnos las manos y volvernos a atrapar, de los silencios necesarios para que hable el corazón y se pueda escuchar, sin oir, solo sentir.. de cada día volvernos a enamorar y dejar todo fluir. De dejarnos ir y esperarnos, de aprender a extrañarnos, eso es tener algo nuestro. No hacen falta mil besos; ni mil palabras, sólo basta que confíes en mí.

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